El proyecto fotográfico de la comunión de Wilson, se gestionó de una forma tan sencilla, que no hicimos siquiera sesión previa. Pese a que el entorno en que se iba a desarrollar el evento, es un lugar precioso, con escenarios magníficos para la toma de imágenes, lo cierto es que su familia optó por dejar que el reportaje fluyera por sí mismo, para que el resultado fuese sencillo, elegante y del gusto de todos.
La ceremonia se realizó en una pequeña capilla dentro del lugar que habían reservado. Era tan chiquitina que algunos invitados no pudieron entrar, pero... aún así, todos participaron de un momento precioso e íntimo, vivido de una manera especialmente cercana.
Me pareció un lugar con encanto, muy distinto a lo habitual en estos casos.
La familia, participó de cada momento de forma especial, y por eso pude tomar fotografías únicas cuya importancia probablemente nadie pueda cuantificar en la misma medida que ellos.
En esta fotografía quiero hacer un inciso: ¿Alguien puede imaginar a quien se le ocurre enviar a un evento de este tipo a su hijo descalzas?
- Pues siiiiiiiiiiiiii...... a mi, el invitado que se empeñó en ir con este outfit, es mi hijo.
Una de las fotografías que más me gustan, por la energía positiva que desprende, y lo divertido que fue realizarla contando con la colaboración de todos..
Imposible describir, lo que disfrutaron en las rampas hinchables, niños... y mayores.
Aunque, claro... siempre hay quien prefiere quedarse en otros lugares, disfrutando del momento y de la fiesta, a su manera.
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