domingo, 26 de junio de 2011

COMUNIONES- Momentos especiales que sólo suceden una vez

La Primera Comunión suele ser un acontecimiento familiar importante. Lleva meses preparar todos los detalles y coordinarlo todo para que se ajuste a nuestras necesidades y deseos  -tanto como a nuestro presupuesto- provoca cierto nivel de ansiedad y algunos desvelos.

Hay diferentes opciones a nivel fotográfico para este momento. Fotografía clásica de estudio, que es una opción atemporal con  un número importante de adeptos, o el reportaje social vinculado al día mismo de la celebración, que nos permite guardar un recuerdo gráfico completo del día.

Pero yo trabajo de una forma diferente. 



Me gusta conocer a los niños: que me hablen de sus gustos, que me cuenten sus ideas, que me digan lo que esperan de mi, y -si es posible- que me dejen entrever el nivel de colaboración que puedo esperar de ellos.

Porque no hay que olvidar que una comunión es un acto inusual para los niños. Por mucha ilusión que tengan en que llegue ese momento, no deja de ser algo extraordinario  que ni siquiera ellos saben bien como afrontar de forma natural y espontánea.

A partir de este conocimiento, elaboro un proyecto que trate de conjugar los gustos de los niños con los de los padres.....y por supuesto los míos.

Le pongo un título, y en base a eso elaboro una línea de trabajo que abarca tanto el reportaje fotográfico, como los detalles que los padres pueden necesitar para ese día: invitaciones, recordatorios, álbum.

Cada uno de los proyectos es diferente, único e irrepetible. Una vez  llevado a cabo, se descataloga y, en ocasiones siguientes, se vuelve a partir de cero nuevamente.

Me gusta pensar que mis proyectos están dotados de creatividad, originalidad y trabajo diferenciado individualmente.

Pondré un par de ejemplos: una comunión de niña y otra niño.

O lo que es lo mismo; los proyectos

                  NUBE DE FRESA   y

                  CARAMELO DE CHOCOLATE